La primera de ellas es una versión de la tradicional, es decir, la finalidad es escribir recetas gastronómicas, pero con una particularidad: las recetas son inventadas, obviamente, y utilizando productos inventados, que es quizás lo más creativo de la actividad.
La idea surgió a partir de una actividad propuesta en el libro de lengua, en el que había que inventar una receta con un producto procedente de otro país. Nosotras decidimos que los ingredientes (productos) principales debían inventarlos partiendo de una premisa: debían ser frutas mezclas de otras frutas, y a partir de ahí inventar el producto, descripción completa incluida. Una muestra del resultado es ésta:
Una vez creados todos los productos, repasamos la estructura del texto instructivo aplicado a recetas. Después el alumnado se agrupó, en parejas o grupo, y siguiendo dinámicas de aprendizaje cooperativo, tuvieron que crear una receta en la que debían incluir los productos creados por cada uno de los miembros del grupo y cualquier otro ingrediente que quisiesen.
Y la última premisa fue que la creatividad también debía estar presente en la presentación gráfica de la receta. El resultado fue el siguiente:
Para terminar, y como hay que aprovechar cualquier actividad para sacarle el máximo aprovechamiento, cada grupo tuvo que presentar al resto de la clase sus creaciones, para lo que creamos la actividad oral "Master Chef escolar". En ella tuvieron que hacer de "cocinitas" que explicaban a los espectadores cómo realizar su receta paso a paso.... ¡DEGUSTACIÓN INCLUIDA!
ESA ACTIVIDAD FUE MUY DIVERTIDA, sobre todo a la hora de exponerlo ¡Nos salieron unos postres buenísimos!
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